Hemos acogido con
filial prontitud el llamado del Santo Padre el Papa Francisco, para celebrar un
momento de ayuno y oración por la paz en Siria y en todo el mundo. La voz del
Papa se hace “intérprete del grito que, con creciente angustia, se levanta en todas
las partes de la tierra, en todos los pueblos, en cada corazón, en la única
gran familia que es la humanidad: ¡el grito de la paz!”.
Hacemos nuestras sus
palabras y reafirmamos con el Santo Padre que “El uso de la violencia nunca
trae la paz. ¡La guerra llama a la guerra, la violencia llama a la violencia!”
y enfatizamos con él un deseo común de todos los peruanos y peruanas: “¡Nunca
más la guerra! La paz es un don demasiado precioso, que tiene que ser promovido
y tutelado” .
No podemos olvidar, en
este momento de oración, las experiencias sucedidas en nuestra patria en años
anteriores, que enfrentaron peruanos contra peruanos dejando muchas veces el
trágico saldo de víctimas humanas, civiles o militares y policiales y el dolor
inconsolable en sus familias en cuyos hogares el vacío dejado no podrá ser
llenado. Para nosotros, de modo especial, resuenan estas palabras del Santo
Padre: “no es la cultura de la confrontación, la cultura del conflicto, la que
construye la convivencia en los pueblos y entre los pueblos, sino ésta: la
cultura del encuentro, la cultura del diálogo; éste es el único camino para la
paz” .
A la invitación del
Papa Francisco para elevar una oración por la paz, dirigida de modo especial en
la Iglesia Católica, hemos apreciado con alegría, como en todas las
Jurisdicciones Eclesiásticas de nuestra Patria, en las parroquias y en las
comunidades religiosas se han preparado y programado momentos de ayuno y
oración convencidos que “la humanidad tiene necesidad de ver gestos de paz y de
oír palabras de esperanza” . Igualmente, acogiendo este llamado del Papa, las
diversas confesiones religiosas del Perú, con la presencia de la Conferencia
Episcopal Peruana, harán un momento de oración y reflexión en el Colegio de
Jesús.
La comprometida y
filial respuesta de toda la Iglesia en el Perú, no solo refleja la ya conocida
vocación por la paz que tenemos los peruanos, y los sentimientos de fraternidad
que extendemos a todas las naciones, sino que reafirma de modo particular
nuestra adhesión y fidelidad al Vicario de Cristo en la tierra.
Queremos, con las
Palabras del Papa, invocar a la Virgen María, la Reina de la Paz, para “que nos
ayude a responder a la violencia, al conflicto y a la guerra, con la fuerza del
diálogo, de la reconciliación y del amor”.
Mons.
Salvador Piñeiro García-Calderón
Arzobispo
Metropolitano de Ayacucho
Presidente
de la Conferencia Episcopal Peruana
Fuente: Conferencia Episcopal Peruana
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