Con ocasión del Día Mundial de la
diversidad cultural para el diálogo y el desarrollo, la Comisión Episcopal de
Cultura y Educación, a través del Área de Pueblos Originarios, saluda con
estima sincera a todos los hombres y mujeres que conforman los diversos pueblos
y culturas que enriquecen al Perú, a través de este mensaje: “Educar al diálogo
intercultural para construir la civilización del amor”
La diversidad cultural es una realidad
innegable en el mundo, y resulta particularmente significativa en nuestro país.
El Perú cuenta con 52 pueblos indígenas u originarios reconocidos de forma
oficial, con numerosas lenguas, tradiciones y costumbres ancestrales propias.
Esta preciosa diversidad es un desafío y, a la vez, una oportunidad que no
podemos desaprovechar para tratar de enriquecernos mutuamente y construir
juntos una nueva civilización: la civilización del amor.
Para ello será preciso educarnos para el
diálogo intercultural en todos los ámbitos, pero de forma muy particular en la
escuela. La educación ha sido siempre, y lo seguirá siendo, el camino necesario
y más eficaz para aprender a vivir y convivir. La comunidad educativa se
encuentra hoy ante el arduo reto de posibilitar la convivencia entre las
diversas expresiones culturales y promover un diálogo que favorezca relaciones
pacíficas y justas.
Es por ello que la Congregación para la
Educación Católica ha publicado el documento “Educar al diálogo intercultural
en la escuela católica. Vivir juntos para una civilización del amor” (2013).
Invitamos a su lectura y análisis, de forma personal y comunitaria.
Para todos puede resultar muy iluminador
tomar conciencia de la pluralidad cultural y religiosa, considerar las diversas
actitudes posibles ante este nuevo fenómeno, analizar sus fundamentos teológicos,
antropológicos y pedagógicos, y ver los desafíos y aportes de la escuela
católica ante la diversidad cultural.
Además, como señala el Papa Francisco, “la
evangelización también implica un camino de diálogo” (EG 238). Así será creíble
el Evangelio y podremos ir forjando la cultura del encuentro y el verdadero
desarrollo humano, que busca siempre el bien común y la inclusión de los más
pobres.
Fuente:
Conferencia Episcopal Peruana