El
Papa Francisco se encontró este domingo con 52.000 miembros de la Renovación
Carismática en el estadio olímpico de Roma (Italia), donde los exhortó a
permanecer unidos en el amor de Dios y dejarse guiar por el Espíritu Santo, sin
enjaularlo, así como huir de las luchas internas porque estas vienen “del
demonio”.
“Enséñanos
–pidió el Papa a Dios- a no luchar entre nosotros para tener una parcela más de
poder... a amar más a la Iglesia que a nuestro partido... a tener el corazón
abierto para recibir al Espíritu Santo”.
El
Santo Padre, que recordó la importancia de la familia como Iglesia doméstica,
afirmó que la “Renovación Carismática es una gran fuerza al servicio del
anuncio del Evangelio en la alegría del Espíritu Santo... En los primeros
tiempos se decía que llevaban siempre con ustedes una Biblia, el Nuevo
Testamento... Vuelvan siempre a este primer amor, lleven siempre en el bolsillo
la Palabra Dios”.
El
Papa también los exhortó a no perder la libertad que da el Espíritu Santo y no
caer en el peligro de la organización excesiva. Advirtió que otro riesgo es
volverse ''revisores'' de la gracia de Dios, administradores de la gracia
decidiendo quien podía recibir la oración de efusión o el bautismo en el
Espíritu.
''Si
alguno hace esto, les pido por favor que no lo haga más: son dispensadores y no
revisores de la gracia de Dios'', subrayó.
Asimismo,
recordó que la adoración a Cristo es la base de toda evangelización, ecumenismo
espiritual, atención a los pobres y necesitados y acogida de los marginados.
“El fundamento de la renovación es amar a Dios”, señaló.
En
su discurso, Francisco dijo que espera de la Renovación Carismática, “en primer
lugar la conversión al amor de Jesús que cambia la vida y hace del cristiano un
testigo del amor de Dios”.
“Espero
que compartan con todos, en la Iglesia, la gracia del bautismo en el Espíritu
Santo. Espero de ustedes una evangelización con la Palabra de Dios que anuncia
que Jesús está vivo y ama a todos los seres humanos. Que den testimonio de
ecumenismo espiritual con todos los hermanos y hermanas de otras Iglesias y
comunidades cristianas que creen en Jesús como Señor y Salvador”.
“Que
permanezcan unidos en el amor que el Señor Jesús nos pide para todos los
hombres y en la oración al Espíritu Santo para llegar a esta unidad, necesaria
para la evangelización en nombre de Jesús. Acérquense a los pobres, a los
necesitados para tocar en su carne la carne herida de Jesús. Busquen la unidad
en la Renovación porque la unidad viene del Espíritu Santo y nace de la unidad
de la Trinidad. La división ¿de dónde viene? ¡Del demonio! Huyan de las luchas
internas, por favor”, exhortó.
Finalmente,
el Santo Padre llamó a los miembros de la Renovación Carismática a “salir a los
caminos a evangelizar, anunciando el Evangelio. Acuérdense de que la Iglesia
nació en salida, aquella mañana de Pentecostés... Déjense guiar por el Espíritu
Santo, con aquella libertad. Y, por favor, no enjaulen al Espíritu Santo. ¡Con
libertad!”.
Fuente:
ACI Prensa
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