El Papa Francisco envió el sábado un
video mensaje a los 20.000 jóvenes que participaron en la Jornada Regional de
la Juventud en Buenos Aires (Argentina), para llamarlos a preguntarse cuál es
su actitud frente al encuentro con Cristo y a alentarlos a confiar en la
misericordia de Dios, que “aprovecha nuestros fracasos para hablarnos al
corazón”.
“¿Vos quién sos?, ¿El entusiasta, como
los apóstoles primero, antes de iniciar el camino?, ¿El que quiere seguir a
Jesús porque le gusta pero está atornillado con tantas cosas que lo atan y no
lo puede seguir, como el joven rico a la mundanidad, a tantas cosas?, ¿Cómo
aquél que se gastó toda la herencia de su padre, pero que se animó a volver y
está sintiendo en este momento el abrazo de la misericordia?, ¿O estás muerto?
Si estás muerto, sabé que la Madre Iglesia está llorando por vos, y Jesús es
capaz de resucitarte. Decime, ¿quién sos vos? Decítelo a vos mismo y eso te va
a dar fuerza”, expresó el Papa a los jóvenes.
“Quiero acompañarlos un instante en esta
jornada, en esta Pascua de la Juventud.
Estaba pensando mientras bajaba a hacer
esta grabación, qué les iba a decir. ‘Que hagan lío’ ya se los dije. ‘Que no le
tengan miedo a nada’ ya se los dije. ‘Que sean libres’ ya se los dije”, recordó
Francisco.
“Entonces –dijo- me vino a la mente la
figura de algunos jóvenes del Evangelio. Algunos jóvenes que se cruzaron con
Jesús o de los cuales habló Jesús. Quizás pueda ayudar. Si les sirve, lo
asumen, si no les sirve, lo tiran”.
El Santo Padre señaló que entre los
apóstoles unos eran jóvenes como Juan, que “era un muchachito. Y quedaron
conmovidos por la figura de Jesús, entusiasmados, con ese estupor que produce
cuando uno se encuentra con Jesús. Y van corriendo y le dicen a los amigos:
¡Encontramos al Mesías! ¡Encontramos a aquél del que hablan los profetas!”.
Sin embargo, recordó, después
flaquearon, pues “Pedro lo negó, Judas lo traicionó” y, los demás se escaparon.
“Es decir, después viene la lucha por ser fieles a ese encuentro”.
Luego se refirió al joven rico que tenía
una vida intachable, “un muchacho bueno”, pero que se va triste cuando Jesús le
invita a dar todo lo que tiene e ir con Él a predicar el Evangelio". “Se
fue triste porque tenía mucha guita y no se animó a dejarla por Jesús (…). Los
primeros estaban con su alegría, con esa hermosa alegría que daba el encuentro
con Jesús. Éste se fue con su tristeza”, señaló.
En su mensaje Francisco también recordó
al hijo pródigo, “que se quiso pasar de vivo, que quiso escribir su vida, que
quiso patear el tablero de la disciplina paterna, y enfrentó a su padre y le
dijo: ‘dame lo que me toca, que me voy’”.
“Y éste, que había tenido mucha plata,
que le había sacado a su padre de la herencia, que había sabido lo que era
estar en los mejores hoteles y en las mejores fiestas, se había pasado la gran
vida, conoció una cosa que nunca antes había conocido: hambre. Pero Dios es muy
bueno. Dios aprovecha nuestros fracasos para hablarnos al corazón. No le dijo
Dios a este joven: ‘sos un fracasado, mirá lo que hiciste’. Lo hizo razonar”,
afirmó.
El Papa explicó que el joven “entró
dentro de sí”, se preguntó que hacía con su vida y decidió volver a la casa de
su padre.
“La gran sorpresa que se pegó es que el
padre lo estaba esperando, ¡desde hacía años! El Evangelio dice que lo vio
venir de lejos, porque el viejo subía todas las tardes a la terraza a ver si el
chico venía. Y el padre lo abrazó y el padre le hizo fiesta. Y este gran
pecador; este gran despilfarrador de lo que había ganado su padre se encontró
con algo que nunca había hecho consciente: el abrazo de la misericordia”.
Finalmente, el Papa recordó al joven
muerto que Cristo encontró “a la salida de la ciudad de Naím, cuando lo iban a
enterrar: hijo único de madre viuda. Jesús se compadeció de la madre, no del
pibe. Pero el pibe, gracias a la madre, tuvo el milagro y lo resucitó”.
Entonces, Francisco preguntó “¿vos quién
sos?, ¿El entusiasta, como los apóstoles primero, antes de iniciar el camino?,
¿El que quiere seguir a Jesús porque le gusta pero está atornillado con tantas
cosas que lo atan y no lo puede seguir, como el joven rico a la mundanidad, a
tantas cosas?, ¿Cómo aquél que se gastó toda la herencia de su padre, pero que
se animó a volver y está sintiendo en este momento el abrazo de la
misericordia?, ¿O estás muerto? Si estás muerto, sabé que la Madre Iglesia está
llorando por vos, y Jesús es capaz de resucitarte. Decime, ¿quién sos vos?
Decítelo a vos mismo y eso te va a dar fuerza”.
Fuente: ACI Prensa
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