En su reciente mensaje por la Paz, el
Santo Padre Francisco ha escrito: “La fraternidad es fundamento y camino para
la paz”. En efecto, desde que el Papa Pablo VI convocó el lunes 1 de enero de
1968 a declarar este día como el Día Internacional de la Paz, la tradición se
ha consolidado dentro de la vida de la Iglesia.
El anhelo de esta convocatoria, que se
enlaza con la Fiesta de la Virgen María Madre de Dios, cuyo manto maternal se
extiende a todo el año para concedernos el don de la paz, “ no intentó calificarse
como exclusivamente nuestra, es decir católica” sino que buscó y quiere
“encontrar la adhesión de todos los amigos de la Paz, como si fuese iniciativa
suya propia”. Decía entonces Pablo VI: “cuán hermosa e importante es la armonía
de todas las voces en el mundo para la exaltación de este primer bien, que es
la Paz”.
Hoy necesitamos reafirmar la importancia
de la paz para desarrollo y la prosperidad de nuestros pueblos. Las fronteras
distinguen pero son un punto de encuentro donde el conflicto debe ceder a la
mano fraterna que se acerca. La paz será posible, nos enseña el Papa Francisco,
si logramos crear un mundo de hermanos: “La fraternidad genera paz social,
porque crea un equilibrio entre libertad y justicia, entre responsabilidad
personal y solidaridad, entre el bien de los individuos y el bien común. Y una
comunidad política debe favorecer todo esto con trasparencia y responsabilidad.
Los ciudadanos deben sentirse representados por los poderes públicos sin
menoscabo de su libertad. En cambio, a menudo, entre ciudadano e instituciones,
se infiltran intereses de parte que deforman su relación, propiciando la
creación de un clima perenne de conflicto”.
Que Jesucristo, el Príncipe de la Paz,
ilumine a nuestros pueblos vecinos y hermanos, para sostener siempre un clima
de amistad, respeto y convivencia pacífica.
P. Guillermo Inca Pereda OSJ
Secretario Adjunto
Fuente: Conferencia Episcopal Peruana
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