Con motivo del Día de
Solidaridad con la persona encarcelada, la Iglesia envió un mensaje de aliento
a las personas privadas de su libertad y pidió al Estado y la sociedad en su
conjunto trabajar para garantizar el desarrollo humano integral de quienes viven
en situaciones de mayor vulnerabilidad.
“Rostros que nos
interpelan: hijos e hijas de personas encarceladas”, es el título de este
mensaje y que está firmado por Monseñor Héctor Vera Colona, Obispo de Ica y
Presidente de la Comisión Episcopal para la Pastoral Social; y por Monseñor
Pedro Barreto Jimeno, SJ., Arzobispo de Huancayo y Coordinador de la Pastoral
de Cárceles.
En el documento, ambos
Obispos señalan que cuando se piensa en la cárcel, se piensa en el encierro y
la exclusión como sistemas de castigo contra personas que no se han adecuado al
sistema social imperante. “Cuando se piensa de esta manera, generalmente, se
pierde de vista que, en países como el nuestro, cuando se condena a una persona
a la cárcel, se está condenando junto con ella también a su familia, en tanto
que implica el abandono en el que, en la mayoría de los casos, van a quedar los
hijos y las hijas de las personas privadas de libertad. Esta situación, tendrá
una directa repercusión en sus reales posibilidades de desarrollarse plenamente
dentro de la sociedad”, dice el mensaje.
Por ello, hicieron un
llamado para encarar esta problemática penitenciaria, para modernizar la
infraestructura carcelaria y mejorar la calidad de los servicios. Asimismo,
piden tener una especial atención a los hijos e hijas de las personas
encarceladas, por el grave riesgo que corren debido al estado en que permanecen
mientras tienen a uno, o a ambos padres, en prisión.
“Dios ama nuestras
familias, a pesar de tantas heridas y divisiones (DA 119). Es la hora en que
sepamos corresponder al amor misericordioso del Padre y saber ser signo visible
de su amor, poniéndonos nosotros también al servicio de las familias, de
nuestros hermanos y hermanas más pequeñas. Pidamos a Dios nuestro Padre, Señor
de la Vida y a nuestra Madre, la Virgen del Carmen, que nos acompañen en esta
misión”, concluye el mensaje.
Fuente: Conferencia
Episcopal Peruana
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