Cáritas continúa la campaña de solidaridad “Emergencia por Inundaciones en Madre de Dios”

 Desde fines de enero, intensas lluvias ocasionaron la inundación de viviendas en los distritos de Huepetuhe (provincia Manu) y Tambopata (provincia Tambopata), en la Selva Peruana. A consecuencia de estas precipitaciones pluviales, se produjo el desborde de los ríos Madre de Dios y Tambopata, así como sus afluentes, afectando viviendas, cultivos agrícolas y vías de acceso en los distritos de Tambopata, Inambari, Las Piedras y Laberinto de la región Madre de Dios, habiéndose declarado en estado de emergencia por 60 días en estas localidades.

Además, se inundaron las viviendas del Asentamiento Humano Pueblo Viejo, afectando el puente Herrera que aisló las localidades Isuyama, Jorge Chávez, Loero, Alto Loero, Infierno, Cascajal y Chonta en el distrito de Tambopata. Según fuentes oficiales, existen a la fecha 2,879 damnificados, 7,221 personas afectadas, 592 viviendas destruidas, 2 puentes dañados y 14.5 km de carreteras afectadas en las provincias de Tambopata, Tahuamanu y Manu de la región Madre de Dios.

Ante esta situación, Cáritas del Perú hace un llamado de solidaridad a todos los peruanos, a través de la Campaña “Emergencia por inundaciones en Madre de Dios”, a fin de aliviar las necesidades más urgentes de los damnificados.

En vista que las carreteras y vías de acceso a las zonas afectadas se encuentran dañadas, se imposibilita el traslado de ayuda material por lo que se prioriza la recaudación económica para adquirir en la zona toda la ayuda que se necesite. Invocamos a las personas naturales, empresas e instituciones a colaborar con su aporte económico en las siguientes cuentas:

Banco de Crédito del Perú Cáritas Perú - Inundación Madre de Dios

Cta. Cte. Soles: 193-2132590-0-12

Cta. Cte. Dólares: 193-2131020-1-64

Ayudemos a nuestros hermanos de Madre de Dios, ellos nos necesitan.

Fuente: Cáritas del Perú/ Conferencia Episcopal Peruana

El Papa: Jesús propone un amor cuya única medida es no tener medida

Al presidir el rezo del Ángelus hoy en la Plaza San Pedro, el Papa Francisco aseguró que Jesús le propone a sus discípulos “la perfección del amor”, lo que consiste en poner en práctica un amor cuya única medida es no tener medida.

El Santo Padre indicó que “Jesús propone a los que siguen la perfección del amor: un amor cuya única medida es no tener medida, ir más allá de todo cálculo”.

“El amor al prójimo es una actitud tan fundamental que Jesús llega a afirmar que nuestra relación con Dios no puede ser sincera si no queremos hacer la paz con el prójimo. Y dice así: ‘Por lo tanto, si al presentar tu ofrenda en el altar, te acuerdas de que tu hermano tiene alguna queja contra ti, deja tu ofrenda ante el altar, y ve antes a reconciliarte con tu hermano’”.

Por eso, dijo el Papa, “estamos llamados a reconciliarnos con nuestros hermanos antes de mostrar nuestra devoción al Señor en la oración”.

Reflexionando sobre el Evangelio de hoy, que recoge parte del “Sermón de la Montaña”, el Santo Padre señaló que Jesús, respecto a la Ley judía, predica que “no piensen que vine para abolir la Ley o los Profetas: yo no he venido a abolir, sino a dar cumplimiento”.

“Así que Jesús no quiere cancelar los mandamientos que el Señor dio por medio de Moisés, sino que quiere llevarlos a su plenitud. E inmediatamente después añade que este ‘cumplimiento’ de la Ley requiere una justicia superior, una observancia más auténtica”.

Jesús le dijo a sus discípulos, recordó el Papa, que “les aseguro que si la justicia de ustedes no es superior a la de los escribas y fariseos, no entrarán en el Reino de los Cielos”.

Iglesia que sale en Misión

La claridad del mensaje y la exigencia de su aplicación, con la cual el Santo Padre nos presenta en la Evangelii Gaudium la urgencia de la misión, merecen una continua profundización y compromiso con la nueva Evangelización.

Repasando la historia de la Salvación, el Santo Padre nos recuerda que responder a Dios, en obediencia y fidelidad, significa “salir”. Así lo enfatiza cuando dice que: “Abraham aceptó el llamado a salir hacia una tierra nueva (cf.   Gn   12,1-3). Moisés escuchó el llamado de Dios: «Ve, yo te envío» ( Ex   3,10), e hizo salir al pueblo hacia la tierra de la promesa (cf.   Ex   3,17). A Jeremías le dijo: «Adondequiera que yo te envíe irás» ( Jr   1,7)”. Estas memorias del Antiguo Testamento no requieren explicación, sino saborear con la alegría del llamado el desafío del nuevo evangelizador.

Seguramente las líneas de trabajo pastoral ayudan a encontrar experiencias positivas para el desarrollo de la Misión, que es siempre obra del Espíritu Santo y no resultado de nuestros programas. Sin embargo, cada comunidad debe responder de modo concreto a la invitación del Señor, como nos lo indica el Papa Francisco en la Evangelii Gaudium, cuando afirma: “Hoy, en este «id» de Jesús, están presentes los escenarios y los desafíos siempre nuevos de la misión evangelizadora de la Iglesia, y todos somos llamados a esta nueva «salida» misionera. Cada cristiano y cada comunidad discernirá cuál es el camino que el Señor le pide, pero todos somos invitados a aceptar este llamado: salir de la propia comodidad y atreverse a llegar a todas las periferias que necesitan la luz del Evangelio”.

Una vez más nos sentimos invitados por la fuerza del Espíritu del Señor a mirar la mies, que es extensa y que necesita segadores. La Palabra del Señor que dirigió en la liturgia del domingo pasado a toda la Iglesia: “Ustedes son la sal de la tierra, ustedes son la luz del mundo”, reafirma esta confianza que Dios tiene en nosotros cristianos que queremos responder sinceramente a Jesús. Allí está nuestra tarea. Dios nos llama a ella y la Iglesia confía en nosotros.

P. Guillermo Inca Pereda OSJ

Secretario Adjunto

Fuente: Conferencia Episcopal Peruana